domingo, 14 de octubre de 2018

101 Civitas Urso


Por Mauricio Casas

Advierte el dicho popular, “Manolete, si no sabes torear, pa que te metes”.
Pues algo de esto, nos debió pasar a nosotros el pasado Sábado. Cierto es que ya llevamos mucho tiempo realizando rutas de diversa dificultad y desde que este grupo comenzó a rodar con la sana intención de combinar los entrenamientos de carreras con las salidas en bicicleta, ha habido un antes y un después, pero nunca nos habíamos enfrentado a un maratón XC de 70 km.
El día anterior Herminia, Paola, Blas y el que escribe, se pusieron en camino para llegar a Osuna, con tiempo suficiente para retirar las bolsas de corredor y las acreditaciones, al día siguiente nos acompañarían también Patrícia y Jose Carlos.
Llegamos con tiempo para comer, alojarnos en el hotel y luego por la tarde recoger los dorsales. Por la noche paseo, bueno lo que nos permitió la pobre Herminia que iba con muletas, cenamos y a la cama tempranito que al día siguiente había que madrugar.
La mañana se levantó buena, el desayuno bien y en cuanto llegamos al hotel, allí estaban ya Patri y Jose preparados también. Nos despedimos de Hermi y directos a la salida, que se dio en el Parque San Arcadio de la localidad de Osasuna.
Salida puntual en dos grupos, los primeros los que se enfrentarían al 101, y cinco minutos más tarde los de la ruta “corta”, con 72 km al final, que se hicieron duros y peligrosos, como más de uno pudo comprobar.
La salida recorrió parte de la localidad, saliendo en pocos minutos a los carriles, guiados por la policía y una vez en estos, pedales para que os quiero.
Uno que ya conocéis la tarde anterior se la paso diciendo aquello de “esta no es mi guerra, yo voy a ir con las chicas, no pienso tirar,....” si, nuestro Blas, no cumplió con nada de lo que dijo y fue dar la salida lanzada y perderse con el resto de corredores. Nosotros nos quedamos con nuestras chicas, pues no era plan de dejarlas solas en esta primera ocasión y gracias a Dios que no lo hicimos, porque la cosa se complicó y bastante.
Los primeros kilómetros fueron relativamente fáciles, con alguna pendiente al 8’5%, pero con ninguna dificultad técnica, hasta llegar al primer avituallamiento y control de paso. A partir de aquí el recorrido comenzó a ponerse más difícil, por un bello paraje, pero sin la presión de estar compitiendo, lo que hizo que disfrutásemos del camino, las vistas y el entorno de la sierra.
Como es característico de este grupo, nos fuimos esperando los cuatro en cada alto que subíamos, de forma que cada uno marcase su ritmo de subida, pero reagrupándonos en la cima de cada alto. Así fueron pasando los kilómetros y las horas, aunque después de la subida del segundo puerto, ya José Carlos tuvo el primer susto de la jornada, cayendo al suelo, por despistarse un segundo, para localizar a Paola, y es que el campo y la bici son como el jabón y el mármol, en cuanto te despistas te vas al suelo. Seguimos subiendo para coronar el segundo alto de la jornada y ya en esta zona comenzaron a alcanzarnos los primeros participantes de la ruta larga, hasta llegar a coronar. Justo en ese momento y estando en el avituallamiento fue cuando nos llegó la noticia de la caída importante de Blas, el cual tuvo que abandonar, pues estaba maltrecho y la bici tocada, y aunque intento seguir en carrera, le fue imposible, cuando además iba tercero de su categoría y creo que lo habría logrado esta vez también.
Como había pocas noticias de él, Paola y yo comenzamos a tirar, para intentar llegar a él, y saber como estaba, distanciándonos de Patri y José Carlos, ademas en ese momento también nos dijeron que Paola iba tercera de su categoría, el sol comenzó a pegar de justícia y los kilómetros iban haciendo mella en nuestros cuerpos. La bajada por donde cayó Blas se las traía, estaba señalizada como muy peligrosa y pese a todo no fue el único que se cayó. Pasamos por ella y llegamos al control de avituallamiento justo en la presa de la Puebla de Cazalla, allí nos informaron que ya habían evacuado a Blas al hospital, pero que estaba bien, magullado y con cortes, pero bien. Paola y yo decidimos seguir la carrera y no esperar más tiempo, pues sabíamos de la dureza que nos quedaba y queríamos llegar lo antes posible.
Lo que pintaba como una dura subida, realmente y al ser por asfalto fue mucho más fácil, de hecho y una vez que pasamos por el punto de control 2, que ya pensamos que sería fácil hasta llegar a Osuna, se convirtió en la parte que se hizo agotadora, interminable y fea, discurriendo por entre matorrales, algún bosque de pinos donde la tierra estaba muy suelta y algunos arroyos escarpados y con difícil paso. Pero ya quedaba poco y deseábamos llegar. Llegando a Osuna nos hicieron tirar por una vía no acabada del AVE, y por algunas calles periféricas de la localidad, para hacernos finalmente subir a las canteras del pueblo, donde se rodaron algunas escenas de Juego de Tronos y donde el que pensó el recorrido se quedó a gusto, porque vaya zona fea, peligrosa después de casi 70km y con las fuerzas justas. Por fin volvimos a las calles del pueblo, pasando por mitad de la plaza de toros y llegar finalmente en un tiempo de 6:32, sin incidentes y sin caídas por nuestra parte.
Llegados a la meta, nos confirmaron el tercer puesto de Paola, quien subió al cajón para recoger su merecido premio.
Nos quedamos a esperar a Patri y José Carlos quienes finalmente llegaron con un tiempo de 8:11 y algunas caídas por parte de ambos, incluso llegaron cada uno por su lado, ya que en la última parte se perdieron, pero la acabaron que era lo importante.
En resumen, carrera complicada, técnica y difícil para ser nuestra primera participación, las fuerzas justas y ya con más calma, algunos se borran o “desapuntaran” para siempre de este tipo de pruebas. Por mi parte creo que repetiré, pero ya en la próxima temporada.
Fin de semana con luces y claros como el tiempo del mismo, pero con una experiencia adquirida importante.




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