Unas 5.000 corredoras se dieron cita este pasado domingo en el Estadio de Atletismo en la segunda edición de la Carrera Mujeres Contra el Cáncer Ciudad de Málaga, organizada por el Ayuntamiento con la colaboración del Centro Deportivo Inacua y de Mercamálaga.
Se pretende de esta forma fomentar la práctica deportiva entre las mujeres malagueñas, además de recaudar fondos para la Agrupación de Desarrollo “Unidos contra el Cáncer”, que integra a las principales entidades malagueñas que trabajan a favor de las personas y familias afectadas por esta enfermedad.
Algunas compañeras del club, con sus hijas y otras amigas participaron en la carrera. Una de ellas, Patricia Lucena, nos relata su experiencia.
La carrera de Patricia Lucena
De repente me
pregunté "¿pero, por qué estoy yo aquí , si a mí no me gustan las
carreras?". También pensé "¡nunca más!". Enseguida me di cuenta de que todas
estábamos nerviosas. "¡No estás aquí para ganar el maratón, es
una causa solidaria y punto, así es que déjate de tonterías y
corre!", me dije. Pistoletazo de salida, diez de la mañana del domingo
11 de mayo; ubicación, Estadio Ciudad de Málaga. Corredoras de color
naranja inundaron el paseo marítimo de Poniente en la II Carrera Mujeres Contra el Cáncer “Ciudad de Málaga”.
Entre risas, mujeres
de todas las edades avanzábamos por el paseo unos 6 kms. con un inesperado calor de verano. Unas corrían, y había quienes además lo hacían de lujo, otras andaban y algunas corrían y, cuando se quedaban sin
aliento, andaban. Aunque supuestamente no podían correr menores,
niños y niñas acompañaban a sus mamis corriendo o en carrito,
mientras los padres animaban desde la mediana. Algún intruso
disfrazado también nos acompañó. No era una carrera seria,
evidentemente no lo era, pero sí francamente divertida. Poca gente
animando, debido, probablemente y entre otras cosas, a la lejanía
del recorrido del centro de la ciudad.
De
vuelta en el estadio, Ana, en primer lugar, y Susana, en segundo,
fueron nuestras particulares campeonas. Seguidamente, llegaron
nuestras niñas, Victoria y Lucía, que corrieron sin dorsal y a
quienes tuvimos que dejar escapar para poder llegar nosotras con algo
de dignidad a la meta. Enri fue la única valiente capaz de
seguirlas, aunque en los últimos 300 mts. las enanas pegaron el sprint hasta
abandonarla también a ella. Algo después llegó Vanesa, a pesar de
su lesión. Más tarde, llegamos Joanna y yo, madres de las
criaturas, no sin antes darlo todo.
Finalmente, tomamos agua, coca-cola y algo de fruta mientras comentábamos la carrera, y por último
nos regalaron flores. Y con mi espectacular maceta me fui a casa
pensando " ¡qué manera tan bonita de pasar una mañana de domingo! ". En definitiva, me
alegro de haber ido.
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