6/3/2020
La edición de este año de las 100 Millas Sierras del Bandolero ha marcado un hito para José Luis Destrieux y para nuestro club. Esta prueba tiene prestigio nacional, es de las pocas carreras por montaña que llegan a los 160 kilómetros, con un desnivel de 6500 metros de desnivel. Nuestro compañero ya ganó hace 5 años la Gran Vuelta al Valle del Genal y el año pasado la mala fortuna le privo de la victoria que este año ha conseguido. Más adelante podréis leer su propio relato de la hazaña.
La hermana menor de las 100 millas es la Bandolerita, 81 kilómetros y 3600 de desnivel. En ella participó Kilian Gerona. Él no ganó la prueba pero su carrera tuvo un mérito enorme por los problemas de salud que le castigaron sin piedad. Ya en los primeros kilómetros se dió cuenta de que algo no iba bien y antes del paso por Llanos del Campo empezaron los vómitos, que no le dieron tregua las 17 horas de calvario. No pudo comer nada sólido, sólo podía beber agua. Su retirada de la Gran Vuelta del Valle del Genal le dió la rabia y la determinación de no rendirse. Acabó y entró en meta. Con toda la gloria y el mérito.
Y ahora escribe José Luis Destrieux:
"Me presento a esta carrera, con ganas de quitarme la espina del año
pasado. No pude acabarla por un despiste en carrera, y la mala
decisión de abandonar.
Tras superar problemas físicos, han
sido cuatro meses muy duros de entrenamientos, encajados en huecos donde
no hay lugar, pero finalmente realizados. Creo que he llegado en un
buen estado de forma, igual quizás que el año pasado.
La
carrera como os podéis imaginar: salida rápida, grupeta de cuatro
(Alfi, Amador, Lobatón y yo) más un escapado (Novoa) desde el km 32 más o
menos. Llevamos un buen ritmo, sorprendiendo incluso a los voluntarios
de los avituallamientos que no nos esperaban tan pronto.
Victor
y yo nos adelantamos en el puerto del Correo (lugar donde me despisté
el año pasado terminando en Cortes de la Frontera en vez de Montejaque,
ya sé por qué me despisté en aquel momento).A partir de ahí
empezamos un mano a mano. No nos conocíamos previamente, aunque todos
sabemos quién es este fiera, ganador flamante de las “100 millas del
Valle del Genal 2019”.
En Montejaque me adelanto un poco y
pruebo a ver cómo están las fuerzas, alcanzo al escapado (Novoa) y lo
adelanto. Llego al Av y a los dos minutos aparece Víctor, viene genial.
Salimos a la vez buscando Ronda. Nos sigue Novoa. Aquí empieza la
fiesta.
Ritmazo hasta Ronda. Cada vez que Víctor saca los
bastones, me cuesta seguirlo pero aguanto. Nos quedamos solos. Llegamos
al Av a las 01:50. Espectacular.
Esta fue la
tónica de la carrera. Velocidad de crucero al límite, pues si te pasas
lo pagas. Ninguno cede, con lo cual vamos ampliando distancia con
nuestro perseguidor, pero no tenemos referencias ya que nadie nos
informa. De hecho, no vemos a nadie salvo en los Av. donde vamos
sorprendiendo a los voluntarios, pues no nos esperan tan pronto.
Como
no puede ser de otra manera, a pesar de ir a tope, la compañía es
gratificante, pues te hace pasar la noche más “entretenida”. Nos permite
conocernos y ayudarnos. Pero corriendo siempre al límite.
No hago más que pensar en si nos pasará factura este esfuerzo con lo que queda todavía.
Llegamos
a Cortes de la Frontera antes de las 6 a.m. Impresionante (perdón a los
voluntarios por la hora jjj). Llevamos el ritmo de un buen 101, y
todavía quedan 60km…
Un detalle que no quiero pasar por alto,
los acompañantes de Víctor me ayudan en los Av. desde Ronda… (y somos
rivales, entiéndase). Muchas gracias, una vez más.
Empieza
la subida buscando Villaluenga. Este es el punto clave de esta carrera.
Aquí es el momento. De repente Víctor se queda, parece que tiene
problemas. Sigo a mi ritmo y me distancio. Rápidamente abro espacio.
Corono y empiezo la bajada, parece que he abierto hueco, así que no
cedo. Amanece y el cuerpo, como suele pasar, reacciona regular, pero no
es el momento de aflojar, hay que seguir. Hay un llano, saco fuerzas de
donde no hay y sigo corriendo. Al llegar al final, miro atrás y ahí está
el tío. Increíble, se ha recuperado y me está cogiendo.. Sigo
corriendo, ahora una pista cuesta arriba que a estas alturas tiene mucha
pendiente. Llego al alto, miro hacia atrás y ahí viene. Me paro, me
río, y lo espero… Estás fuerte cabrón!! jaja. Me cuenta que tuvo un
problema de estómago.
Seguimos otra vez juntos, leña al mono,
qué locura, pero qué pasada!! Por fin el Av. de Villaluenga. Trato
exquisito el de los voluntarios. 7:50 a.m. ¡La estamos liando! Control
de material obligatorio, cambio de ropa, comer, beber y otra vez al
curro.
A partir de aquí, lo peor de la carrera. A ver si la
Diputación pasa por allí y quita unas cuantas piedras jaja!… No se
acaban nunca. Aquí no se puede hacer otra cosa que andar, trepar y
sufrir.
¡Odio los bastones de Víctor!
Cuando se
acaban las piedras, empieza la cuesta abajo, y a través de los pinos
vislumbras civilización. En tu mente estás viendo el final de la
carrera, pero todavía queda.
Estamos llegando a Grazalema, y
seguimos a ritmazo. Ya hay algo de público, te animan, te vienes arriba.
Mi mujer y mis hijos están esperándome en el AV. Estoy feliz. Victor le
dice a Helena: “no hay manera de dejar atrás a tu marido”. Ella le
contesta: “Parece que a tí tampoco” Aquí nos dan referencias: unos 40
minutos con Novoa.
Salimos del Av., ya nos queda lo “mejor”.
Llevamos desde el km 130 echándonos un pulso contínuo. No hay manera de
soltarlo, y realmente ya no quiero que pierda. A él le sucede lo mismo.
Así que hablamos y nos proponemos llegar juntos hasta meta y disfrutar
de lo que queda, que nos lo hemos ganado. Eso sí, tenemos todavía
piernas para hacer un tiempazo, con lo que seguimos prácticamente igual.
Bajando
el Boyar, una fuerte caída de Víctor y un cabezazo mío contra un árbol y
posterior talegazo nos hace aflojar un poco y tomarlo con calma, pues
no es cosa de fastidiarlo ahora. Nos dejamos llevar y disfrutar. En el
resto de Av nos esperan nuestras familias, mejor imposible.
El
final ya lo conocéis…Primeros de la general, 19h20’ de esfuerzo,
sacrificio, de control de sensaciones, compañerismo, y de disfrute, de
Ultratrail."