Por Francisco Javier Burgos
Tengo que reconocer que
aunque cuando empecé a correr, hace ya 6 años, me atraían los
retos de las distancias largas, con el maratón como prueba suprema y
objetivo máximo llevo tiempo identificándome más con las carreras
cortas y explosivas. Esta carrera, en la que no tenia pensado
participar, ya que estoy entrenando para la maratón de Málaga con
las dudas de siempre, que ritmo escoger, como hidratarme, como
alimentarme, si la termino o si no, etc… me decidí en un impulso
(por otro lado habitual en mí) a hacerla y sobre todo a acompañar a
nuestra amiga Susana Segovia, en su renovada afición por correr.
El
día se presentaba soleado, sin viento aunque con calor para estas
fechas. El recorrido era desconocido para mí, pero se trata de dos
vueltas, por la Cala de Mijas, discurriendo buena parte por lo que
ahora es la senda Litoral con tramo incluido en arena por el destrozo
de los temporales, cerca del famoso restaurante La Butibamba, donde
tantas veces desayuné con mi padre hace años, después de un rodaje
en bici como parada para la vuelta a Málaga. Ahora esa carretera me
parece demasiado peligrosa para los ciclistas. Me traía buenos
recuerdos. No estaba cansado, pero el día previo había hecho un
rodaje largo de 28 km, con buenas sensaciones. Así que la carrera
comenzó, y no iba al ritmo que puedo ir. Las piernas pesan después
de un rodaje largo, aunque no nos demos cuenta. Pero corremos para
disfrutar. Lo hice y terminé los 5,5 km (según mi Garmin 5,58 km) a
4:33. Otra carrera más. Susana con su calidad, reapareció con su
primer puesto en su categoría, alegrándome mucho por ella.
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