IV MARATÓN DE MÁLAGA (II)

(Apostillas varias del Coyote, por alusiones y omisiones)

  

        Recién leída la minuciosa y emotiva crónica de nuestro antiguo becario y ahora director (no ya adjunto, sino plenipotenciario), Antonio Burgos (Diablo de Tasmania, por más señas y por completar el cuadro de alias), su amigo incondicional y plumilla colaborador en este blog (otrora Caganer Enmascarado de Córdoba y en adelante Coyote Solitario de Málaga) quiere desde aquí felicitar a los compañeros del club participantes en este IV Maratón de Málaga, así como mostrar su agradecimiento a todos los que cariñosamente nos acompañaron en varios tramos del largo recorrido.

    En cuanto a la carrera, poco que añadir a las palabras de Antonio. Empezamos la preparación allá por el mes de agosto sin trainer y sin saber qué plan de entrenamiento seguir. Como a quien escribe le atraían poco la rutina y la disciplina de los entrenamientos concienzudos, al margen de que sus achaques físicos tampoco se lo permitían, se le ocurrió proponer una planificación muy sui generis. Como el plan iba a ser poco serio y previsiblemente abocado al más estrepitoso fracaso, se le ocurrió llamarlo Plan del Coyote -marca ACME-. Así, mientras entrenábamos, teníamos tema para el cachondeo general y para que las tiradas largas lo fueran menos. Bueno, pues el caso es que la catástrofe presagiada finalmente no ha sido tal, sino casi todo lo contrario. Si nos centramos en los protagonistas más genuinos del plan, éxito indiscutible, como siempre, de Correcaminos (Silvia); objetivo cumplido, a duras penas, del Coyote (Salva) que, como sí era previsible de su fatal destino, corrió magullado y contusionado, además de resfriado, de modo que casi acaba aplastado por el maldito Plan ACME, mientras Correcaminos volaba orgullosa y feliz hacia la meta, ni siquiera mirando hacia atrás con ira, que decía el título de la famosa obra de John Osborne; y buena marca del Diablo de Tasmania (Antonio), que consiguió mantener, de momento, el primer puesto en el ranking  del clan de los Burgos.

    Bromas y tonterías aparte, lo cierto es que, a pesar del sufrimiento en determinados momentos de la carrera, seguro que en pocos días todos estamos pensando ya en la próxima cita.

IMÁGENES FIDEDIGNAS DEL GENUINO TRÍO