lunes, 6 de noviembre de 2017

Ultra Trail Gran Vuelta Valle del Genal 2017


06/11/2017
Por Antonio Burgos

Fue Mario Platero quien tuvo la idea. Ya había hecho varios maratones de montaña y quería dar un paso más, no tanto por la distancia, si no por acercarse a una prueba ultra, con el aliciente de formar un equipo y vivirla por relevos. Para ello contó, con Antonio López y conmigo, sus habituales compañeros por los montes cercanos.
El viernes salimos los tres con nuestras familias hacia el Valle del Genal, uno de los rincones más bellos de nuestra provincia, con una naturaleza aún plena. Como nos suele pasar, la meteorología elige esos días para ponernos las cosas difíciles, y llegando a Algatocín, centro de la carrera este año, nos regaló una manta de agua que duraría hasta la mañana del sábado; como pudimos buscamos un rincón para aparcar y recogimos los dorsales y el gps que la organización te proporciona por seguridad y control de carrera.
La semana antes decidimos cómo nos repartiríamos los tres tramos que dividen los 126 kilómetros de la prueba. Antonio López sería el encargado de abrir la jornada, seguido por Mario Platero con el tramo más exigente por desnivel y distancia, y para mí el tramo nocturno. Cada fracción tiene su subida característica. La primera, el cortafuegos del Molino del Capitán. La segunda, el pico más alto, el Jardón. Y el tercero el área caliza del recorrido, el paraje de Los Riscos. Aparte de estos puntos especiales la carrera es una sucesión de pasos por los 15 pueblos de la comarca  a los que se sube desde el Genal o de sus afluentes para luego volver a bajar. Y así una y otra vez. Hay mucho carril pero también subidas muy duras y bajadas técnicas. El desnivel acumulado es 6.400 metros.
A las siete de la mañana salieron los relevos espoleados por Chito y la música que puso la organización. Hacia falta motivación por que se adivinaba una carrera bajo el agua en esas primeras horas. López pasaba por Benarrabá y seguía hacia Gaucín hasta lo alto de su castillo. Descendía por un río crecido y bajo un chaparrón, para después pasar por su momento crucial: la subida a Las Corchas por él cortafuegos del Molino del Capitán. Es una pendiente entre el 30  y el 45%, embarrada. Son menos de dos kilómetros eternos para subir unos 700 metros, donde era difícil mantener el equilibrio, pero a base de riñones y bastones se superó. Con esa marca en la piernas bajó al río y subió hacia Genalguacil durante 4 kilómetros. Allí se cubrían los primeros 36 kilómetros. se hacia el paso del testigo a Mario Platero.
Mario siempre ha sido  el más fuerte de los tres en trail y por eso suya era la fracción más exigente físicamente. Le quedaban por delante 39 kilómetros y 2000 metros de desnivel. Después de Jubrique la subida a Jardón, que es la estrella. Una subida de 800 metros muy larga y una gran bajada embarrada que Mario hizo a tumba abierta. Después vendrían Pujerra, Igualeja, Parauta y Cartajima. Remontó muchos puestos en la clasificacion y se quedó con ganas de más. Ahora me tocaba a mí.
Mi tramo, como los otros dos, tenía su cruz, que era hacerlo casi todo de noche y con los corredores desperdigados. Quedaban por delante 38 kilómetros. Gracias al carrerón de Mario pude subir a Los Riscos con algo de luz natural. Es la zona pedregosa del Ultra, técnica de por sí, y además mojada. Termina en Juzcar y sigue la sucesión de río-pueblo por Faraján, Alpandeire, Atájate y Benadalid. Yo nunca había corrido tanto tiempo de noche y en soledad, excepto los breves momentos de adelanto o ser pasado por algún corredor. Se hizo duro, sobre todo mentalmente, pasando un bache moral en Alpandeire, mi kilometro 19, en cuyo avituallamiento me tomé tiempo para pensar, comer y beber un vaso de Coca Cola que , por increíble que parezca, me devolvió a la carrera. Hice unos 4 kilómetros a buen ritmo, sin parar de correr, que me hicieron ver que podría con mi parte del trabajo. Al fin, en Benadalid  me encontré con Antonio y Mario. Iba agotado y tocado en la rodilla, pero con sus ánimos y su compañerismo, partimos hacia la meta en Algatocín, once kilometros más y 500 de desnivel con paso por Benalauría. Se nos acercaron otros equipos de relevos pero en un ultimo esfuerzo recuperamos la ventaja. Acabamos en el puesto 36 de 72. de Todo empezó a las 7:00 AM del sábado y acabo a las 2:45 AM del domingo. 19:45:41

Nosotros que hicimos la distancia en relevos nos podemos imaginar el esfuerzo y el sacrificio de los corredores del Ultra individual. Son unos héroes todos del primero al último.

No puedo terminar esta crónica sin valorar la extraordinaria organización de la prueba, comandada por Ildefonso, con el apoyo de todos los pueblos, sus ayuntamientos, policía, protección civil, patrocinadores y cientos de voluntarios presentes en los 17 avituallamientos durante las muchas horas que dura la prueba, el marcaje exhaustivo de 130 kilómetros de ruta y la atención y animación en la salida y meta de Algatocín.


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