Por Francisco Javier Burgos
Este año he sido el
único representante del club que ha participado. Animo a todos los
que no hayan tenido esta experiencia a que la tengan en futuras
ediciones y a los que ya la tuvieron que repitan. Es un maratón
consolidado en su trigésimo séptima edición. Es el único maratón
de España con categoría GOLD de la IAAF. Se celebra juntamente con
una carrera de 10 km.
La feria del corredor y
todas las actividades de la carrera, salida y meta se celebran en un
entorno único, en el Palacio de las Artes y las Ciencias y el
Oceanográfico, donde hay un gran parque sobre el antiguo cauce del
rio Turia, con circuito de 5 km para correr y/o pasear perfectamente
medido (hay marcas cada 500 m).
Recogí el dorsal al
llegar el viernes por la tarde, visitando una feria del corredor como
pocos he visto, quizás la de Sevilla.
El sábado previo día 18
hubo un Breakfast Run, al que te podías inscribir por un precio de 2
€. Es una carrera de 5 km como las que solemos hacer en las
vísperas de nuestras maratones, ritmo tranquilo, para estirar las
piernas y relajar la tensión antes del gran reto más que nada. Al
terminar dieron un desayuno típico valenciano con horchata, fruta
(caquis y naranjas) y dulces de la tierra como fartons y tortas
Cristina. Estaba tan bien organizado, con arco de salida, vallado,
voluntarios guiando, llegada entre vallas, entrega de dorsales (todos
con el número 1) que parecía una autentica carrera. Muchos
participantes de muchas nacionalidades. La disfruté, aunque seguía
teniendo una molestia en el talón, que se quito una vez entrado en
calor.
Durante ese día siguen
las actividades complementarias de la carrera como la Paella Party,
se podía almorzar paella con una Radler, fruta, por 5 €. También
lo hice, disfrutando de la animación y aprendiendo también como es
la autentica paella valenciana, cocinada en el acto por un chef
reconocido, del que no recuerdo el nombre 😉.
La salida se hizo por
cajones de tiempo, todos los acreditados con un tiempo inferior a
3:30 salían a las 8:30 h, los que como yo estamos sub 4 h a las
8:40, una salida escalonada obligada por el numero de participantes,
19000 en maratón y unos 10000 en los 10 km. El recorrido, totalmente
llano, con grandes avenidas, ningún giro cerrado y por tanto apto
para hacer buena marca. La mañana amaneció despejada y algo fresca,
pero con calor en cuanto el sol tomo un poco de altura.
El plan era correr
siempre los primeros km a 5:10 5:15 de promedio, y teniendo en cuenta
el cansancio inevitable final que me haría disminuir el ritmo llegar
a meta en 3:45 h, que supondría una mejora de casi 15 minutos
respecto a mi mejor marca del 2015 en Málaga. Tengo que decir que me
ha impresionado como vive Valencia el maratón, como ya lo hizo
Sevilla este mismo año, parecía que la ciudad se había levantado y
echado a la calle a animar. Había puntos de animación con
batucadas, grupos falleros, casi cada km que te hacían correr y
pasar km casi sin darte cuenta. El plan se fue cumpliendo, hasta
llegar al km 30 (según garmin), el temido muro, con un tiempo de 2h
37 min a un ritmo medio de 5:15, que hubieran supuesto 3 h 41 min en
meta. El ritmo oficial era más lento por un desfase de medición,
que al final acumulo 950 m de más. A partir de aquí, de manera
inevitable las piernas me pesaban tanto que me costaba mantener la
zancada, así que mi ritmo fue decayendo inevitablemente, llegando a
andar en los últimos avituallamientos para reponer líquidos y
tomarme los últimos geles que llevaban. Termine la carrera con el
tiempo oficial de 3 h 59 min 39 seg, y real de 3 h 59 min. 17 seg.
Según Garmin, Strava, Endomondo, y Runtastic (soy un friky de las
apps) complete los 42 km 195 m en 3 h 53 min. (sumándoles los 950
m adicionales sale el tiempo real y oficial). Un tramo final de 15 km
espectacular, entre vallas, por momentos tuve la sensación de estar
en una prueba ciclista, con un pasillo de gente animándote y
llamándote por el nombre que llevabas en el dorsal. Al llegar te dan
otra bolsa, con tu medalla, poncho, y toalla.
Me queda un sabor
agridulce, como todo corredor siempre pienso que puedo hacerlo mejor.
La próxima Málaga, donde espero resarcirme, aunque el circuito es
más duro.
En definitiva, un maratón
donde se mima al corredor, y la ciudad vive ese día por y para su
carrera. Ojalá en Málaga fuera así, pero tengamos paciencia y
sigamos apoyándola, que sólo llevamos desde 2010, y esta de
Valencia tuvo su primera edición en 1981.
No puedo terminar este
relato sin dejar de agradecer a nuestra compañera y amiga Silvia
Cañadas, gran atleta y mejor persona, sus sabios consejos y el
haberme acompañado durante muchas mañanas para entrenar esta
prueba.
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