martes, 21 de noviembre de 2017

Maratón de Valencia Trinidad Alfonso 2017


19/11/2017
Por Francisco Javier Burgos

Este año he sido el único representante del club que ha participado. Animo a todos los que no hayan tenido esta experiencia a que la tengan en futuras ediciones y a los que ya la tuvieron que repitan. Es un maratón consolidado en su trigésimo séptima edición. Es el único maratón de España con categoría GOLD de la IAAF. Se celebra juntamente con una carrera de 10 km.
La feria del corredor y todas las actividades de la carrera, salida y meta se celebran en un entorno único, en el Palacio de las Artes y las Ciencias y el Oceanográfico, donde hay un gran parque sobre el antiguo cauce del rio Turia, con circuito de 5 km para correr y/o pasear perfectamente medido (hay marcas cada 500 m).
Recogí el dorsal al llegar el viernes por la tarde, visitando una feria del corredor como pocos he visto, quizás la de Sevilla.
El sábado previo día 18 hubo un Breakfast Run, al que te podías inscribir por un precio de 2 €. Es una carrera de 5 km como las que solemos hacer en las vísperas de nuestras maratones, ritmo tranquilo, para estirar las piernas y relajar la tensión antes del gran reto más que nada. Al terminar dieron un desayuno típico valenciano con horchata, fruta (caquis y naranjas) y dulces de la tierra como fartons y tortas Cristina. Estaba tan bien organizado, con arco de salida, vallado, voluntarios guiando, llegada entre vallas, entrega de dorsales (todos con el número 1) que parecía una autentica carrera. Muchos participantes de muchas nacionalidades. La disfruté, aunque seguía teniendo una molestia en el talón, que se quito una vez entrado en calor.
Durante ese día siguen las actividades complementarias de la carrera como la Paella Party, se podía almorzar paella con una Radler, fruta, por 5 €. También lo hice, disfrutando de la animación y aprendiendo también como es la autentica paella valenciana, cocinada en el acto por un chef reconocido, del que no recuerdo el nombre 😉.
La salida se hizo por cajones de tiempo, todos los acreditados con un tiempo inferior a 3:30 salían a las 8:30 h, los que como yo estamos sub 4 h a las 8:40, una salida escalonada obligada por el numero de participantes, 19000 en maratón y unos 10000 en los 10 km. El recorrido, totalmente llano, con grandes avenidas, ningún giro cerrado y por tanto apto para hacer buena marca. La mañana amaneció despejada y algo fresca, pero con calor en cuanto el sol tomo un poco de altura.
El plan era correr siempre los primeros km a 5:10 5:15 de promedio, y teniendo en cuenta el cansancio inevitable final que me haría disminuir el ritmo llegar a meta en 3:45 h, que supondría una mejora de casi 15 minutos respecto a mi mejor marca del 2015 en Málaga. Tengo que decir que me ha impresionado como vive Valencia el maratón, como ya lo hizo Sevilla este mismo año, parecía que la ciudad se había levantado y echado a la calle a animar. Había puntos de animación con batucadas, grupos falleros, casi cada km que te hacían correr y pasar km casi sin darte cuenta. El plan se fue cumpliendo, hasta llegar al km 30 (según garmin), el temido muro, con un tiempo de 2h 37 min a un ritmo medio de 5:15, que hubieran supuesto 3 h 41 min en meta. El ritmo oficial era más lento por un desfase de medición, que al final acumulo 950 m de más. A partir de aquí, de manera inevitable las piernas me pesaban tanto que me costaba mantener la zancada, así que mi ritmo fue decayendo inevitablemente, llegando a andar en los últimos avituallamientos para reponer líquidos y tomarme los últimos geles que llevaban. Termine la carrera con el tiempo oficial de 3 h 59 min 39 seg, y real de 3 h 59 min. 17 seg. Según Garmin, Strava, Endomondo, y Runtastic (soy un friky de las apps) complete los 42 km 195 m en 3 h 53 min. (sumándoles los 950 m adicionales sale el tiempo real y oficial). Un tramo final de 15 km espectacular, entre vallas, por momentos tuve la sensación de estar en una prueba ciclista, con un pasillo de gente animándote y llamándote por el nombre que llevabas en el dorsal. Al llegar te dan otra bolsa, con tu medalla, poncho, y toalla.
Me queda un sabor agridulce, como todo corredor siempre pienso que puedo hacerlo mejor. La próxima Málaga, donde espero resarcirme, aunque el circuito es más duro.
En definitiva, un maratón donde se mima al corredor, y la ciudad vive ese día por y para su carrera. Ojalá en Málaga fuera así, pero tengamos paciencia y sigamos apoyándola, que sólo llevamos desde 2010, y esta de Valencia tuvo su primera edición en 1981.
No puedo terminar este relato sin dejar de agradecer a nuestra compañera y amiga Silvia Cañadas, gran atleta y mejor persona, sus sabios consejos y el haberme acompañado durante muchas mañanas para entrenar esta prueba.  

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