lunes, 8 de diciembre de 2014

V Maratón Cabberty de Málaga

Crónica de Antonio Burgos


Llegó la gran cita. Desde el verano gran parte de nuestro club sólo tenía en la cabeza esta fecha y esta carrera: 7 de diciembre y Maratón de Málaga. Nuestro grupo de inscritos formó su grupo de whatsapp, sabiamente administrado por Salva, con nombre cambiante y temática a veces desconcertante, unidos con un objetivo común y haciendo piña. Los rodajes de los domingos se programaban para su preparación, aumentando la distancia y repasando el itinerario de la prueba. La última semana el nerviosismo era manifiesto y la noche previa los despertadores estaban programados pero ninguno sonó por que nos habíamos desvelado antes.
Con nuestras camisetas específicas y especiales para la prueba, la marea amarilla se tornó verde por una vez. Nos encontramos en la salida todos y comentamos los planes de carrera. Esta distancia, salvo accidente, te devuelve lo que le das. Cada uno la ha preparado según sus posibilidades y capacidad y el resultado del examen estaba cerca.
Nos colocamos en la salida y se alza el telón. Son miles de monólogos, uno por corredor, con final feliz o desgraciado, pero todos con mucha emoción. Nuestros veinte representantes han de estar orgullosos de su desempeño. Excepto uno, el que escribe, todos condujeron la representación a su final deseado.
Nuestro capitán Luis Enrique, en su nueva etapa deportiva, brilló como nunca, con los grandes siempre. Nosotros y todo el mundo sabemos que hizo 2:27:50 o un poco más, si la organización no mete la pata otra vez. Décimo absoluto, primer veterano, segundo malagueño y cuarto andaluz. Es una pena tener que hablar de otro desastre en la marcación y control del recorrido, dejando, en palabras de la organización, en los corredores la responsabilidad de conocer cada calle, cada giro y cada rotonda de 42 kilómetros de itinerario. Y es una vergüenza no asumir los fallos propios, sin disculpas por los daños causados, porque esta prueba se prepara durante meses y aunque los 27 descalificados no vivan de esto, su dedicación merece respeto. El incidente se produjo antes del kilómetro 21, a la altura de Inaqua, en una U que hace el recorrido. Supuestamente pasaron sin incidente los tres primeros, después los siguientes veintisiete corredores, unos irresponsables, según los mandamases de la prueba. Sin vallas, cintas ni voluntarios marcando el giro siguieron recto, restando distancia a la prueba. Junto con Luis, Fernando Esclusa también estuvo en el grupo de despistados, valiéndole la descalificación. Me permito hablar en nombre del Club para denunciar  esta injusticia y la poca sensibilidad y humildad de los responsables. Corremos cientos de carreras al año y todos los sabemos: el recorrido de una carrera debe estar marcado materialmente y con voluntarios. Y no hay más que hablar.

Ésta es la clasificación que debió ser definitiva



Si el papel de nuestros dos primeros clasificados fue magnífico, nuestros compañeros Blas y Manuel Marín recibieron la recompensa a su esfuerzos con mejores marcas personales, bajando Blas de tres horas (2:59:45)y Manolo quedando cerca (3:08:56). Les sigue en el escalafón Manuel Gonzalez (3:19:13) con una carrera disfrutada y muestra de su creciente estado de forma. José Carlos Rodrigo, Christian, Curro, Mauri y Peluki también mejoraron anteriores participaciones. Jose Luis Cañadas estuvo en ello también, pero problemas físicos en el ramo final lo impidieron. A Salvador Alba "Ironman" no le afectan esta cosillas, y lesionado desde hace más de un mes, sin entrenar casi, hizo 1:31:30. Silvia, nuestra prima donna (3:34:05) es una apuesta segura y Victor Ayala y Antonio López corrieron muy bíen, así como el trío mencionado Peluki-Mauri-Curro. Javier Perez Aldeán y acompañó a su pareja Rocío Espejo a su sueño de acabar un maratón. Y yo no puedo dejar de menciona a mi amigo y socio deportivo José Carlos Calderón, que perdió un tiempo precioso esperando que le alcanzara.
Todos los participantes agradecemos a los compañeros, familia y amigo que nos animaron en el recorrido, especialmente a Andrés, César y Antonio Román.

Clasificación de los compañeros




























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