Crónica de Silvia Cañadas
Tras una dura noche, había que ponerse en disposición de hacer el viaje hacia el duro y temido Medio Maratón de Álora. De partida, ya llevábamos tres bajas: José Luis Cañadas, José Antonio Berrocal y Manolo González (con sus dudas por la tos). Allí estábamos nueve intrépidos repartidos en tres coches: nuestro jefe de cuadrilla, "el Presi", y los subalternos (con la incorporación de nuestro Joan, con sus divertidas y sorprendentes aventuras y despistes).
La llegada a Álora fue satisfactoria: no parecía que fuera llover, no hacía demasiado frío y el viento no incordiaba. Recogida de dorsales, saludos, calentamiento y en la línea de salida preparados para lo que viniera. ¡Pum…!, ¡qué bien se empieza, qué poco cuesta y qué tiempos más buenos!; pero todo es un espejismo, porque ya en el kilómetro 8 empiezan las primeras subiditas. ¡Ya vemos Pizarra! y, ¡cómo no!, ya vienen de vuelta los primeros clasificados. ¡Qué alegría!: ahí viene Luis Enrique, que va con otro corredor (segundo y tercer clasificado); al cuarto le llevan bastante y pienso: "tiene el pódium asegurado". Después aparece Joan y parece que va de paseo, con su eterna cara de felicidad. Espero a Blas, pero entro en el pueblo antes de poderlo divisar. Pasan unos kilómetros más (y no con muy buenas sensaciones), llega la hora de la verdad y el tan temido kilómetro 18 y es entonces cuando las piernas empiezan a decirte "pero loca, ¿qué haces?, ¡párate ya!"; y dudas y sigues dudando, pero mientras lo piensas siguen pasando los metros y las curvas, y va quedando menos. La gente te anima y dice: "¡venga niña, que ya queda poco!", y una sonríe por fuera (no se puede explicar lo que se piensa por dentro). Hasta que, ¡por fin!, llega la última curva y sabes que cuando termine ese tramo se acabó la agonía. Se empieza a bajar hacia la meta: "¡allí está!"; y , al atravesarla, tus compañeros esperándote. ¡Qué satisfacción!. Y es entonces cuando se dice la famosa frase (que pocas veces se cumple): "aquí ya no vengo más".
Por último, felicitar a nuestro eterno campeón, Luis Enrique, al que creo que van a empezar a tantear, porque está que se sale; a los novatos en estas tierras, Juan y Mario Correal, Curro y Fran; a los repetidores, Blas y Antonio González; y, ¿cómo no?, a una servidora, por meterme en estas lides sabiendo lo que cuesta al final. Y como para el año que viene se habrá olvidado, ¡VOLVEREMOS A LUCHAR!.
Resultados de los compañeros
El índice IBP es una puntuación que valora el grado de dificultad de una ruta recorrida en bicicleta (Montaña o Carretera) o a pie (andando o corriendo). Esta puntuación es 100% objetiva, no se tiene en cuenta valores subjetivos, como pudieran ser climatología, estado de forma físico o ritmo de carrera. Ver web IBP Index
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